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POR MIGUEL PALENCIA OLAVARRIETA

TRANSFERENCIAS

*La exposición se puede visitar con reserva previa a traves de nuestro correo info@navelart.es

Cada imagen se descompone digitalmente en multitud de unidades infinitesimales. El resultado es un patrón que se transfiere manualmente al papel, reconstruyendo dicha imagen de manera equivalente a la reconstrucción que se efectúa en el ojo delobservador que la contempla.

 

De este proceso de transferencia resultan, además de su producto final, el patrón de base sobre el que se aplica la tinta como forma de traspasar el trazo, y el soporte intermedio de papel carbón, que guarda también señal de la acción realizada sobre él. Tanto el patrón intervenido como el soporte intermedio pueden considerarse como auxiliares, pero lo cierto es que el dibujo se realiza sobre ellos y el resultado final emerge sin haberse actuado directamente sobre su superficie, de tal manera que la imagen transferida aparece – por etapas, limitado por la dimensión del soporte intermedio - sólo cuando la sesión de dibujo finaliza y el patrón auxiliar se retira, revelándola.
 

Estas imágenes tienen por lo tanto algo en común con los iconos Acheropoieta, creados sin la mano; y resultan, como la pintura de tradición bizantina a la que pertenecen, concebidos no tanto por la voluntad del artista si no a través de su mano. Es como si la imagen cobrara vida por si sola y necesitara únicamente de la asistencia manual del artista. Como una planta de interior que necesita de nosotros únicamente para que la proporcionemos el agua y luz suficientes – mediante nuestra atención y nuestro tiempo - para crecer y desarrollarse. Esta asistencia si bien es repetitiva y monótona no es mecánica, si no que forma parte de una cierta disciplina que requiere paciencia y concentración, basada en la repetición consciente del gesto esencial del dibujo, un trazo mínimo, que se involucra en su textura e interviene por igual en toda su extensión. El artista trabaja sobre un modelo cerrado, pero a través de su entrega contribuye a animar la representación que este modelo contiene.
 

El trabajo se desarrolla independiente del contenido de la imagen en cuestión y se centra en el grano de su superficie, en un punto en la que ésta no se encuentra diferenciada. En este sentido, todas las imágenes son la misma. Es un trabajo desapegado con respecto a éstas, como una meditación sobre la vacuidad de su realidad. Desplegado a lo largo de prolongadas sesiones, el acto del dibujo resulta una labor que busca no solo transferirla físicamente al papel, sino también la sensación que proviene del encuentro original de su creador con la misma y que busca inducir en el observador una forma de contemplación relacionada con dicho encuentro conservado en la memoria.
 

Durante el tiempo de elaboración de cada imagen se producen nuevos encuentros con nuevas imágenes que tomarán su relevo. Se produce un corte de un dibujo al siguiente que resulta en una serie de contrastes y diferencias. Las fuentes de las que las imágenes se apropian van desde la Historia del Arte hasta el mundo de la publicidad. Cada una responde de manera única al proceso de transferencia. Algunas de las formas y símbolos que las componen resisten con fuerza y presentan un realismo casi fotográfico. No obstante, la tendencia general es hacia una disolución y desaparición de sus límites y a la confusión del detalle en una superficie vibrante.
 

El conjunto de imágenes sugiere un espectro entre figuración y abstracción, pero la realidad es que la sustancia de la que están compuestas es siempre la misma. Esto plantea un modo de contemplarlas que intenta trascender los motivos y el contenido para centrarse en una realidad física en la que se diluyen y desaparecen. Una observación desde una cierta distancia, equivalente a la distancia desde la que el propio artista ve su obra una vez realizada, como si no le perteneciera: un artista ausente, como el de los Acheropoietai. La obra no es producto de ningún virtuosismo, ni manifiesta ningún programa concreto.

 

Los dibujos de la exposición forman algo parecido a un Iconostasio – un despliegue de imágenes -iconos - diversas, vacías en última instancia, que ocultan. O, si cada dibujo es una planta, un jardín.