Javier Aldarias, se destaca por sus escenas que representan situaciones de aislamiento y banales, ofreciendo una perspectiva única del lado individualista de la sociedad actual. Su obra, enmarcada con influencias del realismo norteamericano de Edward Hopper, aborda temas como la soledad, el aislamiento y la alienación. 

Aldarias, al igual que Hopper, presenta escenas desiertas con la presencia solitaria de una o dos figuras humanas, ilustrando magistralmente el aislamiento en la era contemporánea. En este contexto, sus obras se convierten en un espejo de la sociedad, especialmente de la generación milenial, hiperconectada y ávida de validación en las redes sociales. 

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La pintura de Aldarias se convierte así en un reflejo de la realidad de los jóvenes, quienes están cada vez más conectados a las redes. Nos presenta a esa generación milenial que busca la aprobación mediante selfies y likes, formando el grueso de la clase media. Esta juventud, saturada de información, se encuentra inmersa en la red, que durante la cuarentena se convirtió en su vida social más emergente y necesaria, en un momento en el que la libertad fue limitada. 

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La obra de Aldarias invita a sumergirse en el mundo interior, a explorar la más íntima soledad como vía de escape, pero también destaca la paradoja de que esa conexión con los demás, hoy en día, es posible gracias a las redes sociales. Instagram, en particular, se convierte en la cuna del foto postureo, pero también en una herramienta que salva del aburrimiento y facilita la comunicación en momentos de privación de libertad. 

 

Así, Javier Aldarias fusiona su visión del aislamiento y la soledad en la sociedad actual con la realidad digital y la interconexión social, creando una narrativa artística que refleja la complejidad de la experiencia humana en la era de las redes sociales.