
20 Feb. al 10 abril 2025
Exposition
WHAT IS BEING AND IS NOT
by Alba Lorente
WITH OUT PRIVIOUSE APPOINTMENT
MON-VI
10: 00-14: 00
17:00 - 20:00
TEXT BY CARMEN ROTGER ORDOÑEZ
Alba Lorente Hernández's work is a passive cry of truth, which attests to a process of working with the material itself: in it there is not a gesture, but a trace. Her compositions testify to a radical nonconformity, in which the artist tries to deny what we know to be true not in the motives, but in the starting point, the form.
Observation, sensitivity towards the different media and their careful choice make the creation process intervened by the baggage of the avant-gardes of the last century (especially by the Manifesto of destructive art by Kenneth Kemble), but also by nature. of the object to transform. Through action on the different materials that he uses, Lorente breaks something that was being. Ultimately, it breaks the very nature of the verb to be, in an act as impulsive as it is patient in which observation and abduction coexist and alternate.
Delving into the idea of presence through absence, his choice of black as the dominant color is a faithful reflection of the security of that rejection of what is already known, and of a deep pictorial ambition.
"Although it is night, here the creatures are being called", and the call is in the lines, in the spots, in the cuts, the folds, the wrinkles, and the perforations. The work calls the viewer and encourages him to accept the contradictions, and to live.
It is as if to the question “what are you afraid of?”, Alba Lorente Hernández's work answered “yesterday”, and flees forward in search of an authentic, new and personal vision of Art.
Lucas:
Me pediste que escribiera sobre tu obra, y no sé si podré. Al menos, no estrictamente sobre tu obra. Porque, cuando recuerdo tus bordados, te recuerdo. Ahora, meses después, no puedo verlos en persona, ni estar frente a ellos, ni estar frente a ti. Lucas, el Atlántico nos separa.
Nos conocimos en Córdoba en 2023 porque ganamos una beca. Vivimos nueve meses en lo que una vez fue un convento, en la Fundación Antonio Gala. Éramos catorce. Escritores, artistas, compositores, performers. Nos hicimos buenos amigos. Cercanos, íntimos. Cuando acabó la residencia, te quedaste en España y yo me devolví a mi país.
Tu obra es política, ácida, crítica, social. Bordas personas que bordan; bordas a Aracne; bordas empleadas explotadas por fábricas textiles; bordas aristócratas flotantes que vigilan en el atlas las rutas del dinero; bordas cosas que la gente no verá en esta exposición (y que quizá nunca lo haga), por ejemplo, fábricas en llamas reflejándose en los lentes de Edna Moda. Pero ¿qué tiene que ver todo eso contigo, Lucas?
Te pinchabas los dedos al bordar. En la fundación, un día apareciste en el comedor con el dedo vendado. Dijiste que la máquina de coser estaba vieja, que fallaba. Eso nos mostraste: que el trabajo perfora el cuerpo. ¿Cuántas veces has sangrado por tu obra? ¿Cuántas veces han saltado tus manos, como si las telas hirvieran de repente?
En la fundación, las obras nos transformaban en ellas. Al crear, nos creábamos. Y, como nunca habías tenido tanto tiempo para dedicarte a tu obra, te obsesionaste. En el estudio, eras una figurita encorvada sobre la mesa, con tapones en los oídos para atenuar el martilleo de tu máquina de coser. Querías descifrar tus obras, terminarlas; empezaste muchas, te demorabas en exceso. Querías confeccionarte el futuro, pero eras minucioso. Eras lento. No podías dar brochazos gruesos ni rociar spray ni imprimir tu idea. Tu herramienta era el hilo. La metáfora de todo lo delgado.
Por lo mismo, inventaste un ojo supervisor y te pusiste bajo él. Como un perro bajo el sol. Como un creyente bajo Dios. ¿Entiendes? Fuiste tu patrón y tu empleado: te restringiste a tu puesto de trabajo y te obedeciste. Al terminar la jornada, te masajeabas, estirabas; porque los hombros;porque los codos; porque las manos. Lucas, este es tu cuerpo adolorido, asalariado. Imagino la aguja cosiendo tu piel al terciopelo. Más o menos, de esto se trata tu obra: de alterar los bordes. De deformar los límites. Juntas lo que no. No es que Amancio Ortega esté al lado de niñas manufactureras: es que está amarrado a ellas. Es tu técnica. Coses. Atas, milimétricamente, una figura a otra; las amarras. No te interesa el realismo. No te interesa aplicar sombras, brillos, profundidades en la imagen. No te interesa crear figuras perfectamente dibujadas, delineadas, separadas. No es la cabeza de Andrew Cart detrás de la Bush: es él fundiéndose en su frente: son siameses. Amarras cuerpos, figuras, bordes. Amarras el tiempo (el cartel ilustrando el atentado mientras ocurre el atentado). Amarras espacios (el paisaje de una fábrica quemándose en la ventana de otra fábrica que funciona con normalidad). Lindas lógicas que no deberían existir juntas, porque exponen demasiado. Tu obra es el contraste. Tu obra es la cercanía insoportable. Eres como una niña ante una marcha de fascistas, sosteniendo dos barbies que se besan. Una de las últimas noches, volviste a la fundación antes que los demás. Eran las ferias de Córdoba. Yo no fui porque estaba enfermo. Como en el convento sólo había una puerta que se abría desde dentro, me pediste que te abriera. Estabas sensible. No te había visto así. Lucas. Algo había pasado. Era de noche. Nos sentamos en las bancas que daban hacia el patio. Y lloraste. El cielo estaba tan oscuro. Faltaban días, ¿horas?, para irnos. Separarnos. No vernos, probablemente, durante años. Nos habíamos hecho tan amigos, tan cercanos. Lucas. Me dijiste: “Yo pensaba que con el tiempo esto iba a ser más fácil”. Te referías a echar raíces y luego ser arrancado por la vida. A dejar huecos en la tierra. Te referías a crear lazos, para que luego la distancia los cortara. Te referías a querer, y luego irte. Tu historia ha sido la del desarraigo. “Pero nunca se hace más fácil”, dijiste.
¿Qué tiene que ver todo esto contigo? Lucas, insistes en que la vida no puede ser sólo lazos cortados. No puede ser sólo tajos. Juntas lo que no. Amarras. Atas. Coses. Tu herramienta es el hilo. La metáfora de todo lo que une. Tu obra es también una protesta contra tu historia. Un acto de amor.
Sebastián Martínez Vanegas
Pereira, 4 de febrero de 2025
Nacido en Florianópolis, Brasil (1993). Graduado en Bellas Artes (Universitat Politècnica de València) y estudios en Historia del Arte (Universidad Complutense de Madrid) y Derecho (Universidade Federal de Santa Catarina). Ha obtenido becas de residencia en HIAP (Helsinki, 2025), Córtex Frontal (Guimarães, 2024), Alumbra (Alcaraz, 2024), Fundación Antonio Gala (Córdoba, 2023), Museo de la Universidad de Alicante (Alicante, 2023) y Akademie für Suffizienz (Reckenthin, 2020).
Ha obtenido la Ayuda a la Creación Visual de la XXVIII Convocatoria de Propuestas VEGAP (2024), el accésit en la III Bienal de Artes Visuales Pluri-Identitats (2023) y la Beca Santander de Fomento a la Empleabilidad en el Institut Valencià d’Art Modern (2022). Participó en el XIV Encontro de Artistas Novos (Santiago de Compostela, 2024). Entre las exposiciones colectivas, destacan “Tirando del hilo” (Red Itiner, Madrid, 2025), “Desplazamiento” (Bienal de Mislata, Mislata, 2024) y “Como va abriéndose la piel sin un puñal” (Museu Trepat, Tàrrega, 2024).
