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MEETING a PABLO TRENOR ALLEN


 

PABLO TRENOR ALLEN

Fotàografo

NOMBRE: Pablo Trenor Allen


NACIMIENTO: Oviedo, 1979


CIUDAD DE RESIDENCIA: Resido en Granada desde 2002


OCUPACIÓN ACTUAL: Soy fotógrafo profesional; este curso estoy estudiando Historia del Arte en la Universidad de Granada.



¿En qué momento empezó a interesarte el arte?

Tarde. He estado rodeado de gente muy especial y creativa desde pequeño, pero no lo sabía. Desde que pude elegir, estudié por la rama de ciencias, y mi plan era seguir por Ciencias Medioambientales (no lo hice). Como espectador, el interés surge principalmente a través del cine y la música. Como hacedor de algo, fue cocinando de manera profesional entre mis 18 y 22 años. Entonces descubrí que algo que uno hacía podía tener un efecto importante en otra persona. El inicio en la fotografía fue por la curiosidad de aprender a manejar una cámara réflex, con película, en 2003. Y el interés más profundo viene por el descubrimiento del lenguaje fotográfico mientras estudiaba fotografía en la Escuela de Arte de Granada (204-2206). Ahí fue cuando todo se puso en marcha.

Libro "Un rumor salvaje"

Si tuvieses que reflejar tu lenguaje artístico en un plato de cocina ¿cuál sería el título y sus ingredientes?

El pan. La comprensión de las masas en cocina y su manipulación siempre me han dado pánico y me generaba mucha inseguridad.

Durante estos meses raros de pandemia, me he puesto a hacer lo que estaba haciendo medio país confinado: aprender a hacer pan con masa madre. Dos ingredientes esenciales, agua y cereal. Creo que es importante hacer cosas que nos pertenecen a todos, o de lo que todos formamos parte. Hacer pan tiene eso; requiere amor y tiempo, atención, contacto directo y permitir que las cosas sucedan. Significa una transformación elemental de los ingredientes para convertirse en algo importante.

¿Si tuvieses que hacer un dúo artístico con quién lo harías?

He tenido la suerte de trabajar estrechamente con personas importantes para mí en diferentes momentos. Lo cierto es que siempre se necesita alguien cerca en algún momento de cualquier proceso creativo; si estás cerca de personas que piensan así, tarde o temprano acaba surgiendo un trabajo colaborativo. Prefiero dejarme llevar y estar atento a lo que va pasando. Pero ya por pedir…me encantaría hacer algo alguna vez con el fotógrafo Argider Aparicio.

¿Con qué personaje histórico te gustaría cenar?

Más que una cena y relacionado con la historia… me gustaría haber podido leer algo de una Anna Frank adulta.



Haza del trigo

Cuándo empiezas un proceso creativo de un nuevo proyecto, ¿Qué sueles hacer? ¿Cuál es tu punto de partida?

Bueno. Pienso que un proceso creativo no se empieza, sino que el proceso comienza y uno se da cuenta en algún momento que algo ha comenzado. Así, lo primero es afinar la escucha, la atención, y prepararse para escarbar. A partir de ahí, quién sabe. Yo, como fotógrafo, de la manera más libre, trabajo por acumulación, no me propongo hacer fotos para algo. Reúno fotos que van generando un gran bloque y voy descubriendo un algo. Le doy tiempo al bloque, y las fotos se van haciendo otras imágenes que van indicando ciertas cosas. Y ahí, de nuevo, atento, escucha profunda, disciplina y comenzar a dar formas.


De el tiempo habitado

Proyecto o pieza que recuerdes con cariño dentro de toda tu trayectoria profesional.

La casa azul. Es un audiovisual que forma parte de uno de mis proyectos (Todo es fuente) y que va de la mano de un librito con fotos y textos (Ligero). No lo he mostrado mucho. Es muy sencillo e imperfecto, intuitivo y atrevido, uso literalmente mi voz, y, bueno, mis cosas con el pudor. Se escucha la voz de mi familia, incluso mi madre de fondo. Creo que es fruto de unas decisiones formales tomadas de forma muy instintiva y que contiene temas fundamentales para mí: el amor, el tiempo, el lenguaje, el paisaje, formar parte de algo con arraigo.

Texto en la web:

La casa azul se convirtió inesperadamente en un refugio familiar durante dos días de julio de 2017 al llegar en coche a Asturias de vacaciones desde Granada. La casa azul es el lugar de la primera lectura de La mente salvaje de Gary Snyder, (Árdora Ediciones. Madrid, 2016). La casa azul descubre una voz, una mirada, casi inmóvil, asentada en el lugar y liberada de los mecanismos y el deseo de hacer algo. Fotografiar desde el límite, desde la frontera permeable entre la infancia y la conciencia del yo. Abandonar la idea de hacer, de crear la imagen, y permitir que la imagen nos haga, que permita hacerse la mirada.

Si tuvieras que describirte en una sola frase, ¿cuál sería?

Aún no sé.


¡GRACIAS PABLO!


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